En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la liberación final del pueblo que Dios adquirió para alabanza de su gloria.

La promesa de que aquellos que han creído en el evangelio y recibido la salvación son sellados con el Espíritu Santo, quien garantiza nuestra herencia y la liberación final como el pueblo adquirido por Dios para su gloria.