Dios eterno, bueno y omnipotente, gracias por darme la oportunidad de vivir un día más bajo tu amparo y protección. No puedo empezar este día de otra manera que no sea agradeciendo tu infinita bondad en mi vida. Gracias, mi Señor amado, porque mis ojos se abrieron nuevamente. Gracias, porque gozo de buena salud para poder disfrutar de muchos más momentos contigo y con los que más quiero.
