Mi Dios amado, una noche más ha llegado a su fin y el alba se asoma por la ventana. ¡Qué maravilloso es poder despertar en un nuevo día! Y qué bello es poder escuchar a las aves trinar, ver al sol elevarse en lo alto del cielo y poder saber que eres Tú quien me regala la dicha de estar vivo y poder disfrutar de tu creación.
