Esta noche, Padre Dios, me acerco a tu presencia para darte la gloria y la honra; para agradecerte porque me concediste la dicha de este lindo día. En esta jornada que termina, me doy cuenta que tuve muchas oportunidades de ver tu amor reflejado en cada momento que he experimentado. Gracias Señor Dios, porque te presentas a mí como mi hermano, como mi amigo fiel y como un protector guardián.
