Gracias Padre adorado, por permitirme despertar en esta hermosa mañana. Hoy me pongo ante tu presencia para agradecer el nuevo día que pones frente a mis ojos. Gracias, porque mi sueño ha sido reparador y porque he recuperado las fuerzas que en la noche ya menguaban. Hoy me dispongo a tener un día provechoso tomado siempre de tu mano poderosa, Señor amado.