
Vivir para Cristo es nuestra mayor bendición y ganancia, y la muerte no tiene poder sobre aquellos que creen en él.
Dios nos guiará en el camino de la vida y nos llevará a la plenitud de la alegría en su presencia.
Preocuparse no puede cambiar la duración de nuestras vidas ni la voluntad de Dios para nosotros, por lo que debemos confiar en él en todo momento.
Jesús demostró su amor por nosotros al dar su vida por nosotros, y nos llama a amar a los demás de la misma manera.
Podemos confiar en Dios y depositar todas nuestras preocupaciones en él, porque él cuida de nosotros.
Vivir para Cristo es nuestra mayor bendición y ganancia, y la muerte no tiene poder sobre aquellos que creen en él.
Dios nunca nos abandonará o nos dejará, por lo que podemos estar contentos y confiados en su provisión y cuidado.
Dios promete estar con nosotros en todas las circunstancias de la vida, incluso en los momentos más difíciles.
Dios nos cubre con su protección y fidelidad como un escudo, y nos mantiene seguros en su presencia.