«Porque sol y escudo es el Señor Dios; gracia y gloria concede el Señor, y nada bueno niega a quienes viven con integridad.»
Dios es nuestro sol y escudo, y nos da gracia y gloria a aquellos que viven con integridad.
Dios es nuestro sol y escudo, y nos da gracia y gloria a aquellos que viven con integridad.
Aquellos que anhelan la justicia y la verdad serán saciados por Dios.
Para Dios no hay nada imposible. Él tiene todo el poder y puede hacer cualquier cosa que quiera.
Dios nos perdona y nos sana, y debemos recordar siempre sus bondades y misericordia hacia nosotros.
Si confiamos en Dios y le entregamos nuestras preocupaciones y cargas, él nos responderá y nos protegerá de los tropiezos del camino.
Jesús sufrió y murió por nuestros pecados, para que pudiéramos ser sanados y restaurados a la relación correcta con Dios.
Jesús es la vid y nosotros somos las ramas. Si permanecemos en él, daremos mucho fruto y podremos hacer todas las cosas que él nos llame a hacer.
Jesús es el único camino hacia el Padre, y solo a través de él podemos encontrar la verdad y la vida eterna.
Dios nos ama tanto que envió a su Hijo Jesús para morir por nosotros, incluso cuando éramos enemigos de él.
La salvación es un regalo de Dios, no algo que ganamos a través de nuestras obras.