«Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.»
Jesús promete consolar a aquellos que están llorando, trayendo consuelo y paz a sus corazones afligidos.
Jesús promete consolar a aquellos que están llorando, trayendo consuelo y paz a sus corazones afligidos.
Dios promete que su misericordia y su pacto de paz con nosotros no serán quebrantados, incluso en medio de las circunstancias más difíciles.
Dios promete suplir todas nuestras necesidades según sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Jesús promete darnos vida abundante, contrarrestando los planes del enemigo que busca robarnos y destruirnos.
Jesús promete aliviar la carga de aquellos que están cansados y agobiados, dándoles descanso en Él.
Dios promete protegernos de todo mal, cuidar nuestra alma y velar por nosotros en cada paso que damos, ahora y para siempre.
Dios promete enviar a sus ángeles para protegernos y cuidarnos en todos nuestros caminos.
Dios promete llevar nuestras cargas y sostenernos, asegurando que los justos no serán derribados permanentemente.
Dios promete ser nuestro refugio, fortaleza y ayuda rápida en momentos de dificultad y tribulación.
Dios promete cumplir los deseos de aquellos que encuentran su deleite en Él y buscan su voluntad.