La bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
Dios promete bendecirnos y enriquecernos. Sus bendiciones no traen tristeza ni añaden cargas pesadas, sino que nos llenan de gozo y satisfacción.
Dios promete bendecirnos y enriquecernos. Sus bendiciones no traen tristeza ni añaden cargas pesadas, sino que nos llenan de gozo y satisfacción.
Dios promete estar a nuestro favor y luchar en nuestro nombre. Si Dios está de nuestro lado, no hay nada ni nadie que pueda prevalecer en nuestra contra.
Dios promete sanidad y restauración a aquellos que confían en Él. Él nos brinda paz y verdad en medio de nuestras heridas y enfermedades.
Jesús nos anima a no preocuparnos por nuestras necesidades básicas, porque nuestro Padre celestial cuida incluso de las aves. Él proveerá para nosotros, que somos de mayor valor.
Dios promete que nunca desamparará al justo ni permitirá que su descendencia pase necesidad. Él cuida de sus hijos en todas las etapas de la vida.
Jesús nos asegura que en Él encontraremos paz, a pesar de las aflicciones que podamos enfrentar en el mundo. Él ha vencido todas las dificultades.
Dios nos ha dado un espíritu de poder, amor y dominio propio. No tenemos que vivir con miedo, sino con valentía y confianza en Él.
Jesús invita a todos los que están cansados y agobiados a acudir a Él y encontrar descanso. Él nos enseña y nos da paz interior.
Dios promete cubrirnos con su protección, asegurando nuestra seguridad bajo sus alas y revelándonos su verdad como escudo defensor.
Dios promete afirmar nuestros pensamientos y acciones cuando confiamos en Él y le encomendamos nuestros planes y proyectos.