«Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta.»
Dios prometió que Él es fiel y nunca cambiará sus promesas, a diferencia de los seres humanos.
Dios prometió que Él es fiel y nunca cambiará sus promesas, a diferencia de los seres humanos.
Dios prometió habitar en medio de su pueblo y ser su Dios, estableciendo una relación especial con ellos.
Dios prometió pelear en favor de su pueblo y asegurarles la victoria en sus batallas.
Dios prometió cambiar el nombre de Abram a Abraham y hacer de él el padre de muchas naciones.
Después del diluvio, Dios prometió que nunca más destruiría a toda la humanidad por medio de un diluvio.
Dios promete que nuestra salvación es un regalo gratuito por su gracia a través de la fe en Jesús, y no se basa en nuestras obras. No podemos ganarla, sino que es un regalo divino.
Dios promete que no enfrentaremos tentaciones que estén más allá de nuestra capacidad de resistir. Él nos dará una salida y la fuerza para soportarlas.
Jesús promete preparar un lugar especial en la casa del Padre para aquellos que le siguen, y promete volver para llevarnos a estar con Él eternamente.
Jesús promete que aquellos que piden, buscan y llaman a la puerta, recibirán respuesta y encontrarán lo que buscan en la voluntad de Dios.
Dios promete abundante gracia y provisión para que podamos hacer todas las buenas obras que Él ha preparado para nosotros.