«Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.»

Jesús promete que sus ovejas, aquellos que le siguen y escuchan su voz, recibirán vida eterna y estarán seguros en su mano, protegidos para siempre.

Unidos en Oración

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