Cada noche es un momento de encuentro personal con el Señor. Desde el silencio de tu habitación, eleva una plegaria a Dios pidiéndole por tu constante mejoría física y espiritual. Todos estamos llamados a ser mejores siervos.
No dejes de compartir esta oración ¡Que la gracia de Dios repose sobre tu hogar y tu familia!