Promesas

«Te alabo porque soy una creación admirable. ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!»

«Te alabo porque soy una creación admirable. ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien!»

Dios nos ha creado de manera maravillosa y admirable, y podemos alabarlo por su obra en nosotros.

«Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.»

La palabra de Dios nos guía y nos da dirección en el camino que debemos seguir.

«Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien, por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva.»

A través de la resurrección de Jesús, Dios nos da una nueva vida y una esperanza viva en él.

«Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.»

Si buscamos a Dios y le pedimos ayuda, él nos responderá y nos ayudará en todo momento.

«Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes realmente libres.»

Jesús nos da verdadera libertad y nos libera del pecado y la esclavitud.

«Porque yo soy el Señor, tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha; te digo: ‘No temas, yo te ayudaré.’»

Dios nos sostiene con su mano derecha y nos ayuda en todo momento, dándonos la seguridad de su presencia.

«Pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante.»

Debemos dejar atrás nuestro pasado y enfocarnos en lo que Dios tiene para nosotros en el futuro.

«Por la noche durará el lloro, pero a la mañana vendrá la alegría.»

Aunque pasemos por tiempos de tristeza y llanto, podemos tener esperanza en que la alegría llegará de nuevo en la…

«Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.»

Dios tiene planes para nuestro bienestar y futuro, y podemos confiar en él en todo momento.

«Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y su justicia procede de mí —afirma el Señor—.»

Dios promete protegernos de cualquier arma o lengua que se levante contra nosotros y darnos su justicia.