«Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y su justicia procede de mí —afirma el Señor—.»
Dios promete protegernos de cualquier arma o lengua que se levante contra nosotros y darnos su justicia.