
La promesa de que como hijos de Dios, tenemos la victoria sobre los falsos profetas y el poder del mundo, porque el Espíritu Santo que habita en nosotros es más poderoso.
La promesa de que como hijos de Dios, tenemos la victoria sobre los falsos profetas y el poder del mundo, porque el Espíritu Santo que habita en nosotros es más poderoso.