
Dios promete estar siempre presente en nuestras vidas y ser nuestra firmeza. Si confiamos en Él y lo mantenemos cerca, no seremos movidos ni sacudidos por las circunstancias adversas.
Dios promete estar siempre presente en nuestras vidas y ser nuestra firmeza. Si confiamos en Él y lo mantenemos cerca, no seremos movidos ni sacudidos por las circunstancias adversas.