Padre Celestial, la noche me acompaña y vengo ante Ti para agradecerte por permitirme pasar un largo, pero bendecido día a tu lado. Gracias, Oh misericordioso Señor, porque eres Tú quien estuvo presente en todos mis momentos, gracias porque he podido terminar una jornada llena de mucha dicha, felicidad y algunas cosas en qué pensar.
Gracias por las oportunidades que se dieron hoy, mi Señor, gracias porque pude tomarlas y fueron muy favorables para mí. Gracias porque siempre estuviste a mi lado en todas las decisiones que pude tomar y porque sé que habrá un resultado positivo de todo ello.
Te agradezco también, Padre amoroso, por las cosas que hoy no salieron como esperaba, por los momentos complicados que me tocó pasar, por la enfermedad que tengo que enfrentar, por el problema económico que estoy atravesando, por el problema en el hogar que me entristece o por cualquier preocupación. Gracias porque en medio de los problemas también te mantienes a mi lado, Dios bendito, dándome la esperanza de que todo pasará y se solucionará de la mejor manera.
Dios mío, te pido perdón porque quizás en los momentos de dificultad dudé de tu presencia y de tu compasión. Perdóname, porque a veces me falta paciencia para entender las cosas, porque mis acciones van en contra de lo que yo profeso y porque mis temores me hacen vulnerable antes las tentaciones. Por todo ello, perdóname santo Dios.
En esta noche, mi amado Padre, quiero pedirte de manera especial por mi familia, por las personas que me han acompañado a lo largo del día y por aquellas que necesitan siempre de Ti. Ayúdalos siempre a mejorar su vivir, a no decaer ante las situaciones adversas, a reanimar sus espíritus reconociendo que sus fuerzas no son suficientes, que siempre tienen que buscarte a Ti para salir adelante.
Gracias Señor Dios porque siempre atiendes a mi llamado, gracias porque tu gracia es tan grande que respondes constantemente a mis súplicas, porque siempre estás presto a darme el aliento y la fortaleza que necesito para continuar en esta vida que es muy complicada si no estás en ella.
Si es tu voluntad, Padre amado, dame la ocasión de tener un día más, una mañana más, lo que significa para mí, una nueva oportunidad para hacer nuevamente todo, para alabarte, bendecirte y ofrecerte mi día como lo hice hoy. Que mi caminar diario sea un ofrenda dulce ante tus ojos, Señor maravilloso.
Ahora me dispongo a descansar y a reposar mi cuerpo del desgaste y el cansancio ocasionados por las tareas de este día. Cuida mis sueños y vela por mí mientras descanso, no me desampares ni un solo momento, Señor y si es tu voluntad, concédeme sueños felices en los que pueda sentir tu amor, en nombre de Jesús, Amén.
