Padre amado, Dios de misericordia y de verdad, esta noche solo me queda darte las gracias porque me permitiste llegar al final del día. Gracias porque tu gran poder y el brillo de tu amor me envolvió durante toda mi jornada. Gracias porque te mantuviste fiel y a mi lado, gracias por ser mi amigo. No hay nadie como Tú, hermoso Señor.
Mi Señor, esta noche siento mucha alegría porque sé que estás a mi lado en las tormentas de mi vida, que me cubres con tus alas dándome seguridad. Infúndeme valor, Padre Santo, para enfrentar a los problemas que se me presenten, para salir airoso de las adversidades que tenga delante. Señor, pelea conmigo esta dura batalla, condúceme por la senda de la victoria.
Dios de la eternidad, quiero aprovechar esta noche para pedirte que derrames bendiciones sobre mi familia, para pedirte que sigas cuidando de ellos llevándolos por los senderos de victoria. No permitas que el enemigo intente apoderarse de sus corazones y que tu luz ilumine toda oscuridad que intente permanecer en sus vidas. Señor, sabes perfectamente que son las personas más importantes para mí y que necesito su bienestar para poder ser feliz.
Ayúdanos a conservar la fe en cada instante, enséñanos a perdonar y que podamos reconocer nuestros errores. Danos humildad y un espíritu de servicio, que cuando haya momentos de necesidad, nosotros poder intervenir para dar favor a los más necesitados. Bendito Dios, sé la lámpara que alumbre las noches de pesares. Brilla en nuestros corazones, Padre Santo, que seamos testigos de tu amor y reflejos de tu existir.
Precioso Dios, quiero entregarte todos los planes que tengo para futuro, todos mis deseos y mis anhelos, para que Tú tomes las riendas de mi vida y para que me des la oportunidad de cumplir con lo que deseo y necesito. Déjame sentir tu amor y la gracia de tu perdón.
Antes de descansar quiero pedirte por todas aquellas personas que tienen momentos malos, momentos de dificultad y momentos de tristeza. Señor, no te olvides de sus corazones, recuérdales que también son hijos tuyos, que las penurias no nublen su fe y no hagan que se aparten de tu lado. Señor, derrama tu santo espíritu sanador sobre sus almas resquebrajadas y cura las grietas que el enemigo causó.
Bendito Señor, esta noche te entrego mi cansancio y mi preocupación, para que puedas aliviarlos y darme el descanso que requiero, que puedas darme la posibilidad de renovar mis fuerzas y así enfrentar un nuevo día lleno de muchas posibilidades para conseguir todo aquello por lo que siempre lucho.
Padre celestial, gracias te doy porque tengo la plena convicción de que las cosas sucederán según tu santa voluntad que no me tengo que desesperar y debo seguir confiando en tus promesas. Bendito Dios, ahora me dispongo a descansar, pidiéndote tranquilidad y un nuevo mañana para aprovecharlo de la mejor manera, en el nombre precioso de Jesús, Amén.
