Mi Señor, hoy pude despertar con mi cuerpo sano y con la mente dispuesta a pensar en Ti para todo lo que tenga que hacer. Quiero poner en marcha esta nueva oportunidad que me das, con mucha obediencia a tus preceptos.
No hay nada mejor en este mundo que empezar el día alabando tu Santo nombre, mi Dios precioso, porque me amas a pesar del vaivén de mis pensamientos, de mis decisiones; porque a pesar de las fuertes tormentas, Tú aún te mantienes a mi lado, confiando en mí como nadie lo hace.
Pongo en pie todo lo que tengo que hacer para este día. Mis planes, mis estudios y mis trabajos, todas mis actividades las pongo a tus pies porque todo se ve mejor cuando Tú estás cerca. Todo toma un color vivo en tu presencia y ahí me quiero quedar hasta el último suspiro de mi vida, Oh maravilloso Dios.
Me llena de satisfacción, el saber que me llamas como tu hijo, que no miras las penumbras más recónditas de mi ser y que a pesar de ello, haces todo lo posible para que brille una esperanza en mí, para fortalecer mi autoconfianza y estar seguro de que puedo hacer todo lo que me proponga el destino, si no suelto tu mano de principio a fin.
Gracias por este detalle de amor infinito, manifestado en el rostro de mis padres, en el abrazo de los seres que más quiero, en el cantar de las aves y la maravillosa paleta de colores que pones el cielo para mis ojos.
Dame el optimismo y la bondad que identifican tu sagrado corazón, lléname de comprensión y de paz para ser el sol de las almas sin descanso, para llevarlos a Ti y no dejar que se vayan nunca más.
Graba tu imagen viva y latente en este corazón que te pide con mucha necesidad amado Dios. Cierra mis oídos y mis ojos de toda maldad, de toda calumnia y mentira; que mis labios se sellen antes de decir alguna palabra hiriente o egoísta a algún hermano.
Dios de bondad, abre mi ser a todo lo que es verdaderamente bueno, que mi espíritu se llene completamente de amor y bendiciones. Si por algún motivo mis planes no salen de manera favorable para mí, te pido por favor que me ayudes a mantener la calma y no desista en luchar por alcanzar la libertad en tu santidad.
Gracias por el alimento que hoy colocas en mi mesa para mí y mi familia, te pido que alimentes mi alma con tu amor para seguir unidos en comunión hasta el fin de los tiempos. Acompáñame con tu gracia mi amado Rey, deseo que todas mis acciones te agraden y den honra a tu divinidad, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Amén.
