Oración contra las adicciones

Bendito Dios, hoy me presento ante Ti con total transparencia reconociendo mi pecado y sabiendo que he caído en un error muy grande: mi adicción. Tú sabes el problema al que vivo atado, mi Señor, pero ya no puedo más, necesito de Ti y de tus fuerzas porque las mías no bastan. Mi Jesús, hoy vengo ante Ti a implorar perdón y misericordia y pedirte de todo corazón que me ayudes a superar mis adicciones, pues soy débil y estoy seguro que sin Ti, no podré lograrlo.

Padre celestial, Tú me creaste, me diste vida y la libertad de tomar mis propias decisiones, pero durante un tiempo, estas decisiones no fueron las correctas. Me perdí en medio de mi adicción y fue como entrar en un túnel oscuro, donde Tú, mi amado Padre, eres la única salida.

Oración contra las adicciones 1
Bendito Señor, yo sé que Tú me amas, por eso te pido con mucho fervor que me ayudes a superar mis adicciones.

Quiero pedirte en estos momentos, mi Señor, que toques mi mente, mi corazón y cada uno de mis sentidos, para poder quedar libre de las cadenas que me atan a esta terrible adicción que poco a poco acaba con mi vida. El alcohol, las drogas, el cigarrillo o cualquiera que esta sea. Tócame, Señor, con tu mano victoriosa y ayúdame a cambiar mi vida. Yo reconozco que tengo un problema, bendito Dios, y que sin Ti no voy a ser capaz de superarlo porque mis fuerzas no bastan, Señor, necesito de tu misericordia y de tu amor para poder salir de este oscuro agujero en el que me encuentro metido.

Señor amado, te suplico que me ayudes a levantarme, a salir adelante, a poder sentir tu presencia en mi vida y tu amor en cada paso que doy. Esta adicción me ha causado tanto dolor a mí y a mi familia, que necesito rehacer mi vida, pues no quiero seguir defraudando ni lastimando a las personas que amo y que me aman, no quiero seguir sumergiéndome en este hoyo. Quiero salir triunfador de este terrible vicio y poder ser testimonio de tu infinita bondad.

Oración contra las adicciones 2
No temas, porque Yo estoy contigo, no te desanimes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré.

Dame la fuerza de voluntad que necesito para dejar todo lo malo atrás, la sabiduría para tomar mejores decisiones y el valor que necesito para hacerle frente a la tentación. Mi Señor, dame autocontrol, Padre bueno, dame disciplina para poder seguir fiel a mi objetivo que es dejar esa adicción que no trae nada bueno a mi vida. Ayúdame a ser mucho mas responsable de mis actos y guía mis pasos cada día para poder vivir según tu voluntad.

Dios Todopoderoso, apiádate de este hijo tuyo y ayúdame a rehacer mi vida, a reconstruirla contigo a mi lado. Ilumina mi camino y no me sueltes nunca, mi Señor, que cada aspecto de mi vida, que cada entorno en el que me desenvuelva, pueda estar lleno de tu luz y dejando mi adicción atrás, pueda cumplir con mis labores y ser una persona de bien no solo para mi familia y todos los que me rodean, sino también para mí mismo, mi Señor.

Oración contra las adicciones 3
Ayúdame Señor, líbrame de estas adicciones que no me dejan vivir.

En tus preciosas manos encomiendo mi vida y mis ilusiones, Señor, pues Tú, amado Padre, eres la única fuente de alegría verdadera, pues para Ti no hay nada imposible. Sé que escuchas mis plegarias y actúas en mí como solo Tú puedes hacerlo. Aléjame de las malas amistades, mi Señor y ayúdame estar bien atento, pues sé que hay muchas personas que quieren verme caer, pero contigo delante de mí, nada ni nadie podrá lograrlo.

Muchas gracias por escuchar mi oración, Dios de amor. Gracias por permitirme dirigirme hacia Ti con estos ruegos, pues Tú pones calma a mi desesperación y me das una nueva esperanza para cambiar mi vida, para cambiar estos malos pasos que me condujeron hasta una adicción, la misma estoy convencido dejaré en Tu nombre, Señor, porque sé que no estoy solo en esta lucha, sino que Tú estás a mi lado, acompañándome y recordándome cada día lo inmenso y maravilloso que es tu amor.

Gracias porque sé que desde ya que Tú me ayudarás a vencer mi adicción. Todo esto sea para dar Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era un en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, Amén.