Santísimo Dios, el mejor Padre eres Tú. En Ti puedo hallar todo cuanto me falta, aun sintiendo que la tristeza me invade o que la cólera puede llenar mi corazón, sólo en Ti puedo encontrar la paz que mi espíritu necesita para volver a sentirse bien.
Quiero disponerme a estar en tu santa presencia, mi Señor bendito. Frente a Ti me postro con el corazón humilde y la honestidad de quien no tiene secretos contigo, sino que desea expresarte todo lo que piensa y siente.
Hazme un instrumento de tu paz, mi Dios amado. Porque aquí en mi humanidad puedo sentirme tan feliz sólo porque veo tu gran e infinito amor protegiéndome y velando por mí. Con qué gozo me despierto al iniciar la mañana para emprender un nuevo día de vida.
En estos días, Señor, no he podido sentir que realmente he descansado, sino que mi sueño se ha visto interrumpido numerosas veces por molestias que me levantan de la cama y en plena noche me arrebatan mis ganas de dormir.
Te pido, Dios todopoderoso, que me ayudes a conciliar el sueño. Permite que duerma mejor y reponga mis fuerzas con el fin de servirte mejor, mi Dios amado. Quiero experimentar esa calma que me hará sumirme en el sueño más profundo y relajarme hasta poder dormir sin preocupaciones.
Que en tu manto sagrado me recibas y allí pueda conciliar mi sueño. Te encargo mi descanso, Padre, lo dejo en tus manos. Que todo lo que haya sucedido en mi día no se quede grabado en mi mente y que no se aparezca durante la noche para preocuparme y agobiarme.
Dame sueños hermosos, mi Padre celestial, en donde el protagonista seas Tú y permite que tu cielo sea el lugar donde se desarrollen. Para poder apreciar la hermosura de tu reino y lo magnífico de tu poder, Dios mío.
Dame la fuerza para llevar a cabo oraciones que alejen de mí todas las complicaciones. Permite que todas las noches pueda refugiarme bajo la luz de tu amor. Te entrego mi cuerpo para que lo cuides esta noche, te encomiendo mi alma, Padre, para que me protejas.
Qué felicidad al pensar en todas las bendiciones que me entregas a diario, Altísimo. Porque todo lo bueno que me das proviene de tu inmenso amor, en tu inmensa gloria me has recibido. Que mi corazón duerma en tu presencia, mis problemas llévatelos, Señor.
Dame la tranquilidad que me está aguardando para conciliar mi sueño y poder disfrutar del descanso como lo necesito, Padre amado. Te ofrezco mi sueño para que me des nuevas energías, Santísimo. Te agradezco por el valioso regalo de la vida.
Todos mis miedos, llévatelos. Quédate conmigo, Señor, acompáñame en esta soledad y protégeme de todo cuanto quiera hacerme daño. Ayúdame a despejar todas las tristezas del día y guárdame un pequeño espacio bajo tu ala protectora.
Te agradezco este espacio de oración, Señor, donde puedo expresarme con libertad. Dios mío, oye mis plegarias, te encomiendo mis plegarias en nombre de tu hijo nuestro amado Señor Jesucristo, que es el único que intercede por nosotros ante Ti. Amén.